La vigilancia del Gobierno de Aragón evita el uso de métodos de caza no selectivos prohibidos por la ley
Los Agentes de Protección de la Naturaleza del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente persiguen prácticas ilegales como el “parany” o la caza en barraca que acaba un gran número de especies de aves migratorias protegidas. Varias personas han sido denunciadas en Azanuy-Alins (Huesca) por el empleo de liga y de métodos no selectivos de caza.
El “parany” es una práctica ilegal de caza en Aragón,
que todavía subsiste en algunas zonas del medio rural, y que se
desarrolla durante el paso otoñal de las aves migratorias, enfocada
fundamentalmente a la captura de zorzales.
La caza mediante este sistema comienza antes del
amanecer y se prolonga hasta después de la salida del sol, alargándolo
más o menos en función de las capturas. Este método prohibido de caza se
realiza en un grupo de árboles sobre un promontorio elevado y destacado
en el entorno, el cual se ha aclarado mediante la eliminación del
arbolado próximo. Árboles que se encuentran podados, de manera que se
obliga a las aves a posarse en lugares determinados de las mismos. Y es
en estos lugares donde hay colocadas unas varas horizontales sobre las
que se instalan a su vez unas varetas impregnadas de “liga” o “besque”
donde las aves, atraídas por reclamos y grabaciones, quedan pegadas sin
posibilidad de volar, cayendo al suelo. El suelo, bajo el grupo de
encinas, se encuentra totalmente limpio y barrido, con el fin de que las
aves no puedan desprenderse de la vareta y huir, facilitando así su
captura. En el centro del conjunto hay construida una pequeña caseta o
barraca camuflada donde el furtivo se oculta.
Mito con el plumaje deteriorado por la liga
Barraca localizada en Azanuy
Dicha actividad, la caza en barracas o parany, está
considerada como ilegal al ser un método de caza masiva y no selectiva,
estando además está tipificado como delito contra la fauna en la Ley Orgánica
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, y pudiendo derivar en
penas de prisión de entre cuatro meses a dos años, o bien en una multa
de ocho a veinticuatro meses. Es una caza ilegal que se halla perseguida
por los Agentes de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Aragón.
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